El ser humano está íntimamente vinculado a la naturaleza, venimos de ahí y somos eso también.

A través de ella, nos encontramos con una parte esencial de nosotrxs, una conexión profunda y a la vez sencilla.

 

Son muchos sus beneficios. El contacto de manera regular con ella, potencia nuestra creatividad, nos ayuda a disminuir el estrés y regula nuestro sistema nervioso, nos ayuda a lograr estados de mayor concentración y calma, a equilibrar la gestión de nuestro mundo emocional, nos ayuda a estar más presentes trayéndonos a través de sus estímulos y nuestros sentidos al momento que estamos viviendo, refuerza nuestro sistema inmune, nos ayuda a volver a nuestro centro y nos invita a una mirada interna, al reencuentro y reconocimiento desde la calidez, la aceptación y la acogida que ofrece.

El contacto con la naturaleza, vivamos donde vivamos, nuestro cuerpo lo acaba identificando como hogar, ya que históricamente el ser humano ha estado siempre ligado a ella, tanto como lugar en el que se asentaba como del que se alimentaba y le permitía sobrevivir.

 

Por ello, te sugiero no dejarlo solo para los fines de semana o las vacaciones y explores maneras de incluirla en tu vida, de hacerla parte de ti, convertirla en tu medicina y compañera.

Te invito a recordar esa parte de ti a través de algunas de las IDEAS que te propongo para estar en contacto con la naturaleza en tu día a día y nutrirte con ella.

  • Crea espacios verdes en tu casa y en aquellos lugares en los que pases mucho tiempo. Acércate a un vivero o una tienda donde vendan plantas y elige cuál o cuáles quieres que te acompañen, cuáles te transmiten calma, vida, alegría, conexión, cuáles te acercan a esa sensación de naturaleza. Y recuerda también hacértelo fácil, elige aquellas que sabes vas a poder cuidar y se van a poder adaptar al entorno en el que las quieres colocar, así evitamos frustraciones futuras o saboteos.

  • Dedica un tiempo a exponerte al sol a la luz del día, directa e indirectamente. Expón también tu piel al aire. Permítete sentir las sensaciones que generan en ti, estando presente y tomando conciencia.

  • Procura hacer alguna de tus actividades diarias en un entorno natural o incorpóralo en tu camino habitual al trabajo, a la compra, a una quedada… Si vives en la ciudad investiga los parques más cercanos o lugares con árboles, plantas o un lugar donde la naturaleza esté presente aunque sea en un espacio pequeño. No juzgues estos lugares ni los percibas como insuficientes, tu cuerpo no sabe de juicios y sabrá distinguir lo que le nutre.

  • Escucha los sonidos de la naturaleza. Puedes concentrarte en ellos incluso en la ciudad de camino a tus actividades diarias. Por ejemplo, escuchando el ruido de las hojas y ramas al pasar el aire, de los pájaros, de las palomas, de los insectos. Y en el caso que no te sea posible, puedes buscar música o audios que los evoque.

SALUD Y CONTACTO

CON LA NATURALEZA

Te invito también a que elabores estrategias o planes de contacto con la naturaleza para momentos de CRISIS. Por ejemplo, cuando sientes mucho miedo, ansiedad, tristeza, te resulta difícil la gestión de un conflicto o de tus emociones y pensamientos, puedes recurrir a ella, bien a través de un paseo, regando las plantas, limpiando sus hojas, tocándolas, a través de los sonidos o de las sensaciones en tu piel.

Esto calmará tu sistema nervioso, relajará la sensación de peligro de tu cuerpo y de tener que estar alerta. Quizá te ayude a descargar un poco el exceso de pensamientos o simplemente a acoger lo que estás viviendo desde otro lugar.